06/07/2021
“El sueño rojo y blanco”, de Carlos Vilar Cals, és menció d’honor en la modalitat en llengua de signes de la II Edició del Concurs de Narrativa de l’Hort d’en Queni.
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Estaba dormido, me levanté y me vestí.
¿Qué día es hoy? y mirando el calendario:
– Aaah sí, es 27 de junio, Día Internacional de la Sordoceguera, hoy 27 de junio es un día maravilloso.
Me acicalo, me tomo un café y ya estoy listo para irme. Aviso a mi hija:
- Hija yo me voy a dar un paseo
- Ve, ve tranquilo- dice la hija
El padre se despide de ella y comienza a caminar. Llega hasta su coche de color blanco con la capota de color rojo.
– Precioso (dice él al verlo).
Saca las llaves del bolsillo y abre la puerta del coche. Se sienta en el interior y se da cuenta que ¡no tiene el volante! Mira a su alrededor, pero no hay nada… Entonces se percata que justo al lado hay una pantalla táctil en la que introduce su destino:
– Voy al campo de golf. – El coche de forma automática inicia su marcha por la carretera, hasta llegar a su destino, el campo de golf.
Se baja del coche, camina hasta su taquilla y saca una caja con bolas de golf verdes, para que destaquen y sean más fáciles de ver. Coge varios palos de golf de diferente tamaño, y los coloca en la bolsa de palos, todos son de color blanco y rojo, igual que el carro. Coge el carrito de la bolsa de golf y empieza a caminar.
Empieza con el primer golpe y la bola sale disparada haciendo una parábola. Hace un segundo swing y luego deja el turno al siguiente. Hay muchos participantes, hasta 18, ya que es una competición a nivel mundial. El hombre va puntuando hasta la final siendo el mejor del mundo. Al terminar guarda su material de golf en su taquilla con llave.
Se dirige a su coche, se sube y marca su destino en la pantalla: la montaña. El coche empieza a circular por una carretera de curvas y subiendo hasta 1.000 m de altura. Al llegar baja del coche y empieza a caminar entre los árboles y las rocas montañosas. En ese instante se acuerda que se ha olvidado su bastón en el coche…
– Ah, no pasa nada! – dijo – y gritó: Rooooblaaaaa. Robla era una perra guía. La perra se acercó y él la acarició.
¿Sabéis por qué se llama Robla? Porque es la unión de la palabra rojo y blanco. Ro-bla. La perra tiene todo el pelo blanco y lleva un collar rojo.
Juntos y él guiado por la perra suben unos 1000 metros más hasta la cima. Des de allí se puede ver un tobogán que baja toda la montaña. El tobogán es blanco y los laterales rojos. Él y la perra se deslizan a lo largo del tobogán. Una vez a bajo al hombre le sorprende ya que han tardado muy poco en subir y en cambio en bajar se les ha hecho más largo.
– Qué extraño… bueno, pues podemos volver a bajar por el tobogán (piensa)
Pero le empieza a entrar mucho, mucho sueño, por suerte en el coche lleva una caravana de remolque, así que se sube a la caravana y se tumba hasta que se duerme. De repente el coche y la caravana empiezan a moverse. El hombre se despierta y mira por la ventana de la caravana.
– Pero, ¿qué haces? – dice al ver en el asiento del conductor a la perra conduciendo felizmente. El hombre golpea la ventana mientras grita: – ehhhh, ehhh!! – con intención de que la perra parara pero esta hacía caso omiso de los gritos.
De repente a la perra se le saltan los ojos de la cara al ver un gato cruzar por allí y salta del coche en marcha y comienza a perseguir al gato. El hombre está solo en la caravana, nadie controlaba el coche y comienza a gritar al llegar a una curva muy cerrada donde el coche y la caravana se precipitan al vacío.
En ese instante el hombre se despierta. – ¡Qué susto! Todo ha sido un sueño, qué extraño todo.- El corazón está a punto de saltarte del pecho.
– ¡Pensaba que me había precipitado al vacío! ¡Qué susto!, bueno ya está, ya ha pasado.
Se viste y saluda a su hija:
- Buenos días, hija
- Buenos días, papa
- Tú coche es táctil, ¿verdad? – la hija pone cara de no entender nada
- ¿Pero, qué dices?
Él sin responder de nuevo, asiente ligeramente con la cabeza y levanta las cejas y los hombros en señal de… bien pues habrá sido todo un sueño…