30/06/2021

“Mi bastón hacia el árbol de la vida”, de Roberto Carlos Vázquez, és la història guanyadora en la modalitat en llengua de signes de la II Edició del Concurs de Narrativa de l’Hort d’en Queni.

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Un paso, otro paso, otro, una persona está andando. Un bastón se mueve de lado a lado al ritmo de los pasos y al andar de la persona. Mientras camina va dejando atrás árboles a su derecha y a su izquierda. Sigue andando al compás del bastón por un camino sinuoso. El bastón va golpeando la pared a medida que la persona que lo conduce va moviendo su brazo al ritmo de su paso en un camino entre árboles. De repente el bastón pam, choca contra un árbol en medio del camino y empieza a explorar su superficie, recorriendo el tronco empezando por la cepa y subiendo hasta la copa, explorando cada rincón, metiéndose entre las ramas y bajando por el lateral contrario del tronco. Entonces la persona sitúa sus manos alrededor del tronco y comienza a explorarlo tocando su rugoso contorno hasta la copa y mirando hacia arriba. Lo observa, es un árbol de la vida (deletrea en dactilológico). Este árbol no cae nunca. Por esto se trata de un árbol con muchos años. – Uhhh (exclama mirándolo de arriba abajo). Observa muy detenidamente al árbol…

– Yo quiero ser como tú – se rasca la cabeza en señal de pensar – y avisa con la mano al árbol

– Oye – el árbol se inclina

– ¿Qué? – responde el árbol

– Quiero que seamos amigos- el árbol se inclina hacia adelante y hacia atrás haciendo movimiento afirmativo

– ¿Sí? – insiste la persona. El árbol afirma de nuevo moviendo su tronco y su copa adelante y atrás. Entonces el árbol se inclina, acercando una de sus ramas hacia la persona que alza su mano hasta tocar la rama. En ese momento una energía se transmite a la persona cruzando su cuerpo de un brazo al otro y convirtiendo a la persona en árbol de la vida.