27/07/2020

“Una patata milagrosa”, de Carlos Vilar Cals, és una de les històries seleccionades com a menció especial en la modalitat en llengua de signes de la I Edició del Concurs de Narrativa Accessible Hort d’en Queni.

Una història que parla d’obstacles, d’oportunitats i de dignitat ben entesa.

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Un hombre mayor compró un campo, un campo muy muy grande. El hombre lo compró porqué quería prepararlo para cultivar, pero este hombre bebía mucho y no hacía nada, era inútil, se pasaba el día bebiendo y no hacía nada, lo tenía abandonado.

Al final se lo dio a otro padre, el hombre mayor ya no estaba y este hombre también bebía y no cultivaba nada. Tenía el campo totalmente abandonado. En el campo él tenía la casa, pero aun así no hacía nada.

Después, cuando su hijo cumplió los 18 años se lo dio. El hombre estaba enfermo de cáncer, la madre había muerto joven y se lo pasó al hijo. El hijo se sentía muy solo. Este chico no bebía. Pero necesitaba dinero, no sabía qué hacer, necesitaba dinero.

Decidió vender el campo, era complicado por toda la situación que había alrededor, pero fue a probar.

Fue preguntado: -Oye, mira te vendo el campo.

Pero todo el mundo le decía que no.

– Te vendo el campo. No, no, todos le decían que no.

Al final un hombre, riéndose un poco de él le dijo: -No, no me interesa el campo, pero mira te regalo una patata. El joven cogió la patata se la miró y el hombre se rio un poco de él.

El chico con la patata en la mano iba pensando y dijo: – voy a cortar la patata en cuatro trozos y la voy a plantar en la tierra. Voy a esperar 2, 3, 4 semanas y empezaron a crecer las patatas. De esas cuatro hizo lo mismo, las cortó en cuatro trozos consiguiendo 16 trozos y de nuevo los volvió a plantar.

Pasaron varias semanas y así fue haciendo, iba creciendo el campo y conforme tenía más patatas iba cortando y plantado. Las recolectó para poder venderlas porque necesitaba dinero.

Fue a un hombre y éste le dijo: -No, no, no me interesa. Luego fue a una mujer que lo conocía y sabía que tenía problemas de dinero le dijo, mira te cojo el saco de patatas y te regalo 5€.

La mujer cocinó las patatas en casa y se las dio al marido. El marido empezó a comer y dijo: – Oye, estas patatas están deliciosas. ¿Dónde las has comprado?

Y la mujer: – Pues no las he comprado en el mercado, ha venido el vecino de enfrente y me las ha traído.

– Pues están muy muy buenas, dile al chico que venga que le compraremos más.

La mujer: – De acuerdo.

Y se fue a buscar al chico mientras el hombre iba pensando. Conocía al vecino. Vino la mujer con el chico que trajo de nuevo un saco de patatas. Estuvieron hablando y el chico le explicó que necesitaba agua, necesitaba cultivar el campo, herramientas…

Y el hombre le dijo: – Yo te voy a ayudar. Mira, vamos a poner una valla también, yo te ayudo. El tiempo y la tierra aquí son muy buenos, yo te voy a ayudar, vamos a comprar un tractor, vamos a comprar herramientas, todo, todo, yo te ayudo. Y después nos repartimos la mitad para cada uno.

– De acuerdo, de acuerdo, sí sí.

Compraron el tractor y se pusieron a cultivar y arar todo el campo. Pasaron 2, 3, 4 años y se hicieron ricos los dos. La casa tan pequeña que tenían al principio ahora se la hicieron mucho más grande y él estaba orgulloso de lo que había conseguido.

Entonces, el chico cogió una patata porqué tenía un recuerdo clavado en la mente y fue a ver a ese hombre que se había reído de él. El chico apareció con su coche de lujo y el hombre se quedó boquiabierto.

Le dijo: – Mira, gracias a ti, todo esto es gracias a ti, te devuelvo tu patata. Y se fue.

FIN